FENECIÓ AGOSTO Y SE VA EL AÑO
Con las tradiconales fiestas se Santa Rosa y San Ramón finaliza el octavo mes de este año, y como decimos en nuestro lenguaje manabita ahora si a correr que todo es pampa, los cuatro meses que restan de este 2009 se van corriendo como agua y entre fiestas y celebraciones en poco tiempo llega la Navidad y el fin de año y como siempre nos coge mal parados y sin dinero.
En pocos días los medios de comunicación sobre todo televisivos y prensa escrita empezarán a difundir publicidades relacionadas con la Navidad, llenando de ilusión a las familias que han tenido la costumbre de adquirir artículos varios por estas fechas, aprovechando las promociones y el dinero extra que de alguna forma como décimos, bonos ect. le llegan a cada trabajador ya sea del sector público o privado, y claro que los más ilucionados son los niños que dfesean tenetr juguete nuevo que a lo mejor en otros años si los tubieron o talvez sus hermanitos mayores tubieron la oportunidad de que sus padres le compren sus regalos obviamente los tiempos eran mejores sobre todo en lo económico.
Lamentablemente muchos pequeños tendrán que conformarse con mirar los juguetes en la televisión o recortar el periódico parta por lo menos en un papel ver de cerca lo que sus padres no le pueden dar; y es que la realidad es esa el dinero no alcanza, los precios se han elevado por las nubes y en ocaciones lo que se gana no alcanza ni para el sustento diario peor para comprar ropa, zapatos, juguetes ni como pensar en dfiestas navideñas en tiempos tan difícviles como los que vivimos; atras quedaron las tradiciones; y de la cena mejor ni hablar por que la tristeza es mayor al saber que muchas familias ni siquiera podran disfrutar al menos un arroz con pollo en noche buena.
Ojalá el bono de desarrollo humano que a propósito ahora cobran zanson y los que no son ayude a paliar la dura situación económica de muchas familias, aunque algunos se quejan que cuando cobrában quince dolares les alcanzaba pra comprar mas cosas que ahora que cobran treinta y cinco dólares, claro está los precios de los víveres en esa épopca no eran tan elevados como en los actuales momentos; no queda más remedio que resignarse a sentir correr el tiempo y esperar que llegue la noche bnuena esperando que no se vuelva mala para muchas familias, solo nos consuela tener salud, paz, felicidad y que reina la unidad ente las personas aun que el hambre nos amenace.
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